Ansiedad y ataques de pánico: cómo reconocerlos y afrontarlos

La ansiedad es una emoción que todos hemos experimentado alguna vez. Aparece antes de una entrevista importante, en un examen, al tomar decisiones trascendentes o en momentos de incertidumbre.
La ansiedad es una emoción que todos hemos experimentado alguna vez. Aparece antes de una entrevista importante, en un examen, al tomar decisiones trascendentes o en momentos de incertidumbre.
En pequeñas dosis, puede ser útil porque nos mantiene alertas y motivados. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve constante, intensa o aparece de manera súbita sin causa aparente, puede convertirse en un verdadero problema para la salud y la vida cotidiana.
Los ataques de ansiedad y los ataques de pánico no son simplemente “nervios” o “exageraciones”. Son experiencias reales, que generan síntomas físicos y emocionales muy intensos. Reconocerlos a tiempo, comprender qué los diferencia y saber cuándo pedir ayuda son pasos fundamentales para el bienestar.
Ansiedad sana, ataque de ansiedad y ataque de pánico
Ansiedad sana: es una respuesta natural del organismo ante situaciones que percibimos como un reto o amenaza. Suele desaparecer una vez que la situación se resuelve.
Ataque de ansiedad: aparece de manera más intensa que la ansiedad cotidiana, pero generalmente está relacionado con un estímulo identificable (una preocupación concreta, una exposición, un problema en casa o el trabajo). Sus síntomas pueden ser palpitaciones, sudoración, tensión muscular o dificultad para concentrarse.
Ataque de pánico: ocurre de forma repentina, sin una causa clara, y alcanza su máxima intensidad en pocos minutos. La persona puede sentir que va a desmayarse, perder el control o incluso morir. Es una de las experiencias más angustiantes que alguien puede atravesar.
Cuándo la ansiedad se convierte en trastorno
Sentir ansiedad en ciertas situaciones es normal. Se convierte en un trastorno cuando los síntomas:
- Son intensos y frecuentes.
- Interfieren con la vida laboral, social o familiar.
- Provocan miedo constante a que vuelva a ocurrir otro ataque (lo que a su vez aumenta la ansiedad).
En estos casos, es importante acudir a un especialista para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
Tipos de trastornos de ansiedad
La ansiedad puede manifestarse de diferentes formas, entre ellas:
- Trastorno de pánico: ataques recurrentes de pánico acompañados de miedo persistente a que se repitan.
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): preocupación excesiva y constante por diversos aspectos de la vida cotidiana.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): pensamientos repetitivos y conductas compulsivas para reducir la ansiedad.
- Fobias específicas: miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas (volar, animales, lugares cerrados).
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): ansiedad y recuerdos invasivos después de una experiencia traumática.
Síntomas frecuentes de un ataque de pánico o ansiedad
Algunos de los síntomas más comunes son:
-Palpitaciones o sensación de que el corazón late muy rápido.
-Sudoración, temblores y escalofríos.
-Dificultad para respirar o sensación de ahogo.
-Dolor o presión en el pecho.
-Mareo o sensación de desmayo.
-Náuseas o molestias abdominales.
-Sensación de irrealidad o desconexión.
-Miedo intenso a perder el control o morir.
Estos síntomas pueden confundirse con otras enfermedades (como problemas cardíacos), lo que aumenta la angustia. Por eso, siempre es importante consultar con un médico para descartar otras causas.
Cuándo acudir al médico y a qué especialista
Pedir ayuda profesional no es una señal de debilidad, sino un paso de cuidado personal y responsabilidad con la propia salud. Si los ataques de ansiedad o pánico se vuelven frecuentes, intensos o interfieren con la vida diaria, lo recomendable es consultar con un médico general o un especialista en salud mental.
En muchos casos, los síntomas de un ataque de ansiedad (como dolor en el pecho, palpitaciones o dificultad para respirar) pueden confundirse con los de un problema cardíaco.
Aunque la mayoría de las veces se trata de ansiedad, no siempre es posible diferenciarlo en el momento. Por eso, si los síntomas son muy intensos o aparecen de forma repentina, lo más seguro es acudir a un servicio de urgencias. Allí los profesionales podrán hacer las pruebas necesarias y dar tranquilidad al paciente.
Si los síntomas son intensos y por primera vez, te recomendamos acudir a urgencias para descartar causas médicas como un infarto.
Para seguimiento y diagnóstico: se puede consultar con un médico general, que luego derivará a un psiquiatra o psicólogo clínico según el caso.
En trastornos de ansiedad diagnosticados: el acompañamiento profesional es esencial. La combinación de terapia psicológica y, en algunos casos, tratamiento farmacológico, ofrece muy buenos resultados.
Medicamentos disponibles en farmacia
El tratamiento farmacológico siempre debe ser prescrito por un especialista. Algunos de los grupos más utilizados son:
-Ansiolíticos (benzodiacepinas): como el alprazolam, lorazepam o clonazepam, que ayudan a reducir los síntomas de ansiedad aguda.
-Antidepresivos (ISRS o IRSN): como la sertralina, escitalopram, paroxetina o venlafaxina, que regulan los neurotransmisores relacionados con la ansiedad.
-Betabloqueantes: como el propranolol, que pueden usarse en casos de ansiedad con síntomas físicos intensos (palpitaciones, temblores).
Además, en farmacia se pueden encontrar productos de apoyo que contribuyen al bienestar en casos de ansiedad leve o como complemento del tratamiento:
-Infusiones naturales relajantes (tila, valeriana, pasiflora).
-Suplementos de magnesio o melatonina, útiles para la relajación y el sueño.
-Accesorios como medidores de presión arterial y oxímetros, que ayudan a descartar causas físicas cuando hay palpitaciones o sensación de falta de aire.
Qué podemos hacer en casa
Existen medidas de autocuidado que pueden marcar la diferencia:
-Respiración profunda: aprender a realizar respiraciones diafragmáticas ayuda a recuperar la calma durante un episodio.
-Ejercicio regular: caminar, nadar o practicar yoga reduce el estrés y mejora la salud mental.
-Alimentación equilibrada: evitar excesos de cafeína, azúcar y alcohol, que pueden aumentar la ansiedad.
-Descanso adecuado: mantener rutinas de sueño estables.
-Técnicas de relajación: meditación, mindfulness o ejercicios de visualización positiva.
-Hablarlo: compartir lo que se siente con alguien de confianza disminuye la sensación de aislamiento.
-Tip extra: si estás teniendo un ataque de pánico, señala y nombra con el dedo índice y en alta voz, objetos que tengas a la vista (mesa, lámpara, ventana). Esto está relacionado con la técnica de grounding (Anclaje a la realidad); y ayuda a bajar la intensidad de la ansiedad.
La ansiedad y los ataques de pánico son experiencias reales y difíciles, pero tratables. Reconocerlos a tiempo, buscar ayuda profesional y apoyarse en los recursos disponibles —tanto médicos como farmacéuticos y familiares— es clave para recuperar la calma y mejorar la calidad de vida.
En Mi farmacia online pensamos que hablar de salud mental es fundamental para derribar mitos y ofrecer apoyo cercano. Contamos con medicamentos bajo receta, productos naturales y accesorios que pueden complementar el cuidado diario. Porque cuidar de la mente es también cuidar del bienestar integral.