¿Acidez y ardor constante? Hablemos sobre Reflujo.

El reflujo gastroesofágico es una condición frecuente, pero tratable. Con una combinación de cambios en el estilo de vida, medidas de prevención y medicamentos adecuados, es posible aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
El reflujo gastroesofágico es una condición digestiva muy común que afecta a miles de personas en Chile y el mundo. Se produce cuando el contenido del estómago, incluyendo ácido y alimentos parcialmente digeridos, regresa hacia el esófago, provocando molestias y, en algunos casos, complicaciones.
Aunque muchas personas lo confunden con acidez ocasional, el reflujo crónico puede impactar significativamente en la calidad de vida, interfiriendo con el sueño, la alimentación y las actividades diarias. Por eso, es importante conocer sus causas, síntomas y opciones de tratamiento.
¿Qué causa el reflujo gastroesofágico?
El reflujo ocurre cuando el esfínter esofágico inferior, una especie de “válvula” que conecta el esófago con el estómago, no funciona correctamente. Esto permite que los ácidos del estómago suban hacia el esófago. Entre las causas más frecuentes se encuentran:
-Alimentación: comidas abundantes, picantes, grasas o muy ácidas.
-Hábitos: comer justo antes de dormir, acostarse después de comer o consumir alcohol y café en exceso.
-Sobrepeso u obesidad: el exceso de presión abdominal favorece el reflujo.
-Embarazo: los cambios hormonales y la presión del útero pueden causar acidez.
-Medicamentos: algunos fármacos como antiinflamatorios, relajantes musculares o ciertos antihipertensivos pueden agravar los síntomas.
-Otros factores: tabaquismo y estrés.
¿Cómo identificar el reflujo gastroesofágico?
El reflujo puede manifestarse de formas diversas, desde episodios leves hasta molestias frecuentes que requieren atención médica. Los síntomas más comunes son:
-Acidez o ardor en la parte baja del pecho o garganta.
-Regurgitación de alimentos o líquidos ácidos.
-Dolor o molestia abdominal tras las comidas.
-Tos crónica, ronquera o dolor de garganta, especialmente al despertar.
-Sensación de nudo en la garganta o dificultad para tragar.
Si estos síntomas ocurren más de dos veces por semana o afectan la rutina diaria, es probable que se trate de reflujo gastroesofágico crónico.
¿Qué pasa si no tratamos el reflujo?
Aunque muchas personas lo consideran un malestar menor, el reflujo prolongado puede generar complicaciones graves:
-Esofagitis: inflamación del esófago que puede causar dolor intenso y sangrado.
-Estenosis esofágica: estrechamiento del esófago debido a cicatrices, dificultando la deglución.
-Barrett esofágico: cambio en la mucosa esofágica que aumenta el riesgo de cáncer de esófago.
-Problemas respiratorios: como tos crónica, bronquitis o asma inducida por reflujo.
Por estas razones, es fundamental identificar los síntomas a tiempo y consultar al médico cuando sea necesario.
¿Cuándo pedir ayuda médica?
Se recomienda acudir al médico si se presentan:
-Dolor intenso o constante en el pecho.
-Dificultad para tragar o sensación de obstrucción.
-Regurgitación con sangre o vómitos frecuentes.
-Pérdida de peso inexplicada.
-Tos persistente, ronquera o dolor de garganta recurrente.
El profesional puede realizar exámenes como endoscopia, pH-metría o manometría esofágica para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad del reflujo.
¿Qué puedes hacer desde casa?
Existen varias estrategias que ayudan a reducir los síntomas desde el hogar:
-Comer porciones más pequeñas y evitar comidas copiosas antes de acostarse.
-Elevar la cabecera de la cama unos 15-20 cm para disminuir el reflujo nocturno.
-Evitar alimentos desencadenantes: frituras, picantes, cítricos, chocolate, café y alcohol.
-Mantener un peso saludable: incluso una pérdida de 5-10% del peso corporal puede mejorar los síntomas.
-No fumar y reducir el estrés mediante técnicas de relajación.
Estas medidas no reemplazan el tratamiento médico, pero son fundamentales para mejorar la calidad de vida y la efectividad de los medicamentos.
Hablemos de tratamientos disponibles
El tratamiento del reflujo depende de la frecuencia y gravedad de los síntomas. Entre los fármacos más utilizados se encuentran:
-Antiácidos (hidróxido de aluminio, carbonato de calcio): alivian rápidamente la acidez neutralizando el ácido estomacal. Ideales para episodios ocasionales.
-Inhibidores de la bomba de protones (IBP) (omeprazol, esomeprazol, lansoprazol): reducen la producción de ácido y protegen la mucosa esofágica. Suelen indicarse en casos crónicos o severos.
-Antagonistas H2 (ranitidina, famotidina): disminuyen la secreción ácida y alivian síntomas nocturnos.
-Procinéticos (domperidona): facilitan el vaciamiento gástrico, reduciendo la regurgitación.
El médico puede combinar estos tratamientos según la severidad del reflujo y la presencia de otras enfermedades.
Cómo aliviar el dolor
Los antiácidos, como Gaviscon o Phillips, neutralizan el ácido estomacal y calman el ardor casi de inmediato, mientras que los protectores de la mucosa o alginatos, presentes en versiones masticables de Antiax, forman una barrera que protege el esófago del ácido y reduce la irritación.
Además, si el dolor es leve, se puede recurrir a analgésicos simples como el paracetamol, evitando siempre los antiinflamatorios que podrían empeorar la acidez.
Combinando estas opciones con medidas de estilo de vida es posible disminuir significativamente las molestias asociadas al reflujo.
Aprende a prevenir el reflujo
Para evitar complicaciones, es importante seguir el tratamiento indicado y mantener controles regulares. Algunos consejos adicionales:
-Registra los alimentos que provocan síntomas para evitarlos.
-No suspendas los medicamentos sin indicación médica, aunque los síntomas mejoren.
-Realiza actividad física moderada, evitando ejercicios que aumenten la presión abdominal tras comer.
-Consulta ante cualquier cambio en los síntomas o aparición de signos de alarma.
El reflujo gastroesofágico es una condición frecuente, pero tratable. Con una combinación de cambios en el estilo de vida, medidas de prevención y medicamentos adecuados, es posible aliviar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
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Si presentas ardor frecuente, regurgitación o dolor abdominal persistente, no esperes más y consulta a tu médico. Con diagnóstico y tratamiento oportunos, el reflujo gastroesofágico puede manejarse de manera efectiva y segura.